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Es hora de cambiar hábitos: Hacia un estilo de vida ZEROWASTE

Actualizado: 28 ene 2022

El consumo excesivo consecuente de los modos de vida actuales ha provocado que la tierra no se dé abasto con la demanda y la cantidad de residuos que surgen que son de un solo uso y que al mismo tiempo no son reintegrables a alguna cadena de transformación. En este sentido, el movimiento zero waste fomenta un estilo de vida que surge como una propuesta para no perder del todo el estilo de vida que llevamos en la actualidad, pero sí actuar en contra de la generación de residuos.


El estilo de vida zero waste consiste básicamente en ser conscientes a la hora de consumir sobre el fin y los procesos que tendrán los empaques en donde viene el producto que buscamos. Una de las pioneras en utilizar este termino es Bea Johnson quien comenzó compartiendo en un blog sus experiencias en la reducción y consciencia acerca de la producción de sus residuos y mas tarde ya era una figura representativa del movimiento zero waste. Asimismo, Lauren Singer le dio mas fuerza al movimiento a través de su cuenta “trash is for tossers” en instagram quien se convirtió en una figura pública mostrando que a través de años de consciencia y cambio de hábitos es posible un estilo de vida que no genere residuos.



Entonces, en este sentido, el estilo zero waste o cero basura se puede lograr mediante acciones como:


1. Comprar productos que no contengan empaques de un solo uso o plásticos. La propuesta hoy en día es consumir en tiendas que venden a granel llevando nuestros propios recipientes y bolsas para traer nuestros productos. Es importante considerar que han surgido numerosas tiendas y proyectos de concepto zero waste, sin embargo, no hay que olvidar que las primeras tiendas zero waste y que además contribuyen a una economía local son los mercados.


También hay que tener presente que al transicionar a este estilo de vida no es necesario llenarnos de utensilios para realizar nuestras compras, porque eso generaría otro tipo de consumo excesivo, entonces, por el contrario, podríamos utilizar los que tenemos y poco a poco hacernos de los que de verdad necesitemos.



2. Sustituir el consumo de productos que utilicen muchos procesos (y generación de residuos) para su elaboración por otros que se generen mediante procesos cuidadosos con el ambiente. En este caso se invita al consumidor a informarse acerca de los productos que consumimos y toda la cadena de gasto tanto energético como de recursos por el que tiene que pasar el producto para llegar a nuestra mesa. Algunos ejemplos son elegir productos de temporada en el caso de frutas y verduras y productos derivados, el consumo de productos locales para evitar una cadena de transporte extensa, el consumo de productos de origen animal por productos de origen vegetal e incluso el rechazo de ciertos productos de origen animal.


3. Darles una segunda vida a los residuos generados inevitablemente. En este el reuso y reciclaje son el mejor ejemplo desde el reuso de recipientes que hemos adquirido al comprar un producto hasta la transformación de muebles en composteros por ejemplo. Hoy en día también es muy viral el movimiento second hand que consiste en consumir ropa de segunda mano en buen estado en lugar de consumir ropa que es fabricada que no es durable y que pertenecen a la moda de temporada. Asimismo, podríamos considerar la tecnología y el poder explotar al máximo las capacidades de nuestros celulares, tabletas y computadoras en lugar de cambiarlas cada vez que surge un nuevo modelo.




4. Hacer consciencia sobre la verdadera necesidad de ciertos productos. En esta la propuesta es justo reflexionar acerca del deseo y la necesidad y la linea tan delgada entre estos que la industria ha generado al momento de vendernos un producto debido a que los productos en la actualidad se venden como necesidades básicas.


En otras palabras, implementar esta filosofía en nuestro estilo de vida se traduce en lo que hace algunos años nos enseñaron en la escuela: la regla de las R. Esta regla afortunadamente ha cambiado y ha evolucionado y el día de hoy nos invita a consumir basándonos en:


· Reducir

· Rechazar

· Reutilizar

· Recicla

· Reincorpora


Fusionando estos dos estilos de vida y filosofías podemos encaminarnos a vivir el mundo de una manera armónica con la vida misma, respetándola y cuidándola. No obstante, hay que ser pacientes porque si bien, esta filosofía zero waste sugiere en su nombre tener un desperdicio cero y figuras publicas como Lauren Singer nos motivan a pensar que es posible. Es importante no querer ser estrictos y exigentes a la hora de querer implementarlo en nuestras vidas pues hay que considerar que tanto las condiciones económicas como contextuales del lugar donde habitamos son las que determinarán que la situación sea posible o no.


Entonces, para finalizar quisiéramos invitarte a pensar en otras acciones que pueden pertenecer al estilo de vida cero residuos o una R mas a nuestra regla de las R. Nosotros dejamos la siguiente propuesta: Regala. Aprendamos a vivir con lo que verdaderamente necesario y a permitirles a otros aprovechar lo que quizá nosotros no estamos aprovechando, seamos mas desapegados y regalemos para disminuir el consumo en colectivo.



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